02 noviembre 2015

Malala, la premio nobel de la Paz



                   La casualidad no es una opción cuando vemos que entre estados unidos y reino unido se acumulan más premios nobel de la paz que con la suma de los cinco países que les siguen en el ranking (Y aún faltarían seis más para alcanzarles) en concreto 32 premios nobel otorgados a los países que han liderado las agresiones unilaterales contra otros estados y han amparado a las dictaduras más sanguinarias del mundo. Quizá el ejemplo más claro de la utilización política de estos premios haya sido tras los acuerdos de parís entre Estados unidos y el vietcong cuando se entregó este galardón a Henry kissinger y a Le Duc Tho, donde mientras uno aceptó con gusto el premio, el otro por coherencia se negó a aceptarlo ya que el país no estaba en paz y además se estaba premiando al invasor, siendo esta la única vez que se ha rechazado el galardón.


Así, en la exaltación de Malala tampoco hay casualidad.
Según datos de unicef de 2012 la tasa de alfabetización ronda el 70% con una diferencia de 18 puntos entre hombres y mujeres, esta diferencia es acusada pero mantiene una tendencia descendente desde el 2008 donde la diferencia era de 28 puntos, cabe destacar que es un gran avance para ser uno de los cinco países en vías de desarrollo que acumula la mitad de los jóvenes sin escolarizar que hay en el mundo. Si analizamos estos datos vemos también que más que el género, lo que determina la tasa de alfabetización es la provincia Pakistaní donde se haya nacido, residiendo la mayor diferencia entre las provincias rurales fronterizas y las provincias urbanas.


Y ¿Qué diferencia a estas regiones? la presencia de grupos terroristas islámicos. No hay que conocer en profundidad el conflicto de Afganistán para saber que el surgimiento de estos grupos extremistas que forman un porcentaje importante del movimiento Talibán respondió a un interés de estados unidos en combatir a los soviéticos, ahora esos terroristas actúan como un ente independiente a través de la prácticamente inexistente frontera entre Afganistán y Pakistán. Son estos terroristas del TTP los responsables de los ataques con ácido a mujeres que se suceden en las zonas rurales del país, los responsables de atentar contra Malala y lo que es peor, los que actúan con impunidad porque la administración está controlada por ellos tal y como afirma la comisión de derechos humanos de Pakistán.

La presencia de grupos terroristas es un argumento recurrente en derecho internacional, puesto que justifica la intervención extranjera en los territorios de los estados que no protegen a su propia población ya sea por inacción o por colaboración directa en los ataques a civiles. Es esta responsabilidad de proteger la que se invocó cuando Francia, para ocultar los vínculos entre Sarkozy y Gadafi, inició los bombardeos en Libia y del mismo modo es el motivo por el que Al Asad liberó a los terroristas que tenía en sus cárceles para que la comunidad internacional bombardeara las posiciones de los rebeldes y poder justificar así una intervención por invitación de Rusia, uno de sus principales aliados.


Es aquí donde vemos la conexión clara, es natural que Malala luche contra sus agresores y por ello debemos preguntarnos ¿su ejemplo a quién favorece? unos podrían afirmar que a los derechos humanos y a la libertad de la mujer, yo no lo veo así, esta lucha es una justificación perfecta para las agresiones que desde 2004 se vienen dando por parte de EEUU e Inglaterra contra Pakistán, la última de ellas acumula 26 soldados Pakistaníes muertos, lo que son a todas luces crímenes de guerra tipificados por la convención de Ginebra y que darían pie al derecho de legítima defensa. La entrevista que Ana Pastor le hizo a la niña no hace más que justificar su rol como objeto propagandístico de la política exterior anglosajona, un rol que lleva desempeñando desde los 13 años. Muestra clara de ello es también el trato dado al atentado que sufrió, ya que mientras fueron tres las niñas atacadas, únicamente ella fue trasladada en helicóptero a un hospital militar.

Para mi, lo más curioso es como no cae ningún periodista en esto sabiendo que en el libro de Malala podemos leer que el personaje histórico favorito de la niña es Alejandro Magno, el primer invasor occidental de su país a lo que además añado que quizá Ana Pastor no preguntó a la niña sobre las agresiones de EEUU en Pakistán porque la niña vive y estudia en Inglaterra a diferencia de sus dos compañeras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario